PEKERMAN COMENZO CON EL PIE DERECHO
Aún antes que los equipos salieran a la cancha, el Monumental estaba conmovido por el anuncio de dos cambios. Por la mañana, el médico Donato Villani, probó a Hernán Crespo para ver si podía estar en el encuentro ante la Celeste o, al menos, vérselas con los chilenos, el miércoles. Malas noticias. Crespo sufre una mialgia (dolor muscular) en el aductor de la pierna izquierda y debió ser reemplazado por Luciano Figueroa. El delantero realizará su rehabilitación en Europa.
El otro cambio con respecto a los 11 que se manejaban como probables fue la entrada de Luis González por Maximiliano Rodríguez, en el mediocampo, luego de que Lucho pasara de manera óptima los chequeos.
Y fue Lucho quien abrió el marcador, cuando todavía no había pasado demasiado. Aprovechando un centro bajo desde la izquierda de Juampi Sorín, definió con clase ante la salida de Sebastián Viera.
Argentina mantuvo el control del mediocampo, pese a la superpoblación en la zona que propusieron los visitantes. Sorín seguía preocupando por su sector y Riquelme comenzaba a manejar la pelota. Tras un robo en el medio, Román le cedió la pelota a Figuera cuyo zurdazo bajo fue desviado al córner por el arquero uruguayo.
Pero en la siguiente, Lucho Figueroa tuvo su revancha. Un taco de Riquelme lo dejó a Javier Saviola solo por la derecha. Su envío a media altura fue conectado por el delantero de Cruz Azul en una acrobática maniobra, para poner el 2-0, a los 31 minutos.
Uruguay, muy tibio. Recién llegó claramente a los 37 por primera vez, con un buen tiro libre de Javier Delgado, sobre el palo izquierdo de Abbondanzieri, que el Pato despejó con solvencia.
A uno del cierre de la primera etapa, la jugada de la tarde. Una contra que pasó por los dos frentes y que terminó con una cesión de Riquelme a Javier Zanetti, casi igual a la de Pelé a Carlos Alberto en la final de México 1970. El Pupi no falló y la clavó abajo, junto al palo derecho de Viera.
No fue suficiente. A los nueve del segundo tiempo, un pase quirúrgico de Riquelme lo dejó a Figueroa frente al arquero. Lucho no se abatató y eludió al arquero con una gambeta corta para lograr el segundo de la tarde.
La Selección no resignó el ataque y, por eso, dejó huecos en el fondo. Uno fue aprovechado por el volante Cristian Rodríguez, para achicar cifras, a los 17 del complemento. El descuento les dio fuerzas a los uruguayos que, a puro coraje, equilibraron el planteo y se metieron en campo argentino, aunque sin inquietar demasiado.
El equipo de José sintió el cachetazo y volvió a imponer condiciones. Saviola y la Fiera Rodríguez estuvieron cerca del quinto, pero Viera los frustró. Y en la contra, volvieron a golpear los uruguayos. Heinze lo bajó en el área a Chevanton y Wilson Sousa marcó el penal. El pato le atajó el penal al mismo delantero, pero el puntilloso árbitro brasileño ordenó repetirlo por adelantamiento. Si bien el arquero adivinó nuevamente, no pudo evitar el gol, a los 41.
El otro cambio con respecto a los 11 que se manejaban como probables fue la entrada de Luis González por Maximiliano Rodríguez, en el mediocampo, luego de que Lucho pasara de manera óptima los chequeos.
Y fue Lucho quien abrió el marcador, cuando todavía no había pasado demasiado. Aprovechando un centro bajo desde la izquierda de Juampi Sorín, definió con clase ante la salida de Sebastián Viera.
Argentina mantuvo el control del mediocampo, pese a la superpoblación en la zona que propusieron los visitantes. Sorín seguía preocupando por su sector y Riquelme comenzaba a manejar la pelota. Tras un robo en el medio, Román le cedió la pelota a Figuera cuyo zurdazo bajo fue desviado al córner por el arquero uruguayo.
Pero en la siguiente, Lucho Figueroa tuvo su revancha. Un taco de Riquelme lo dejó a Javier Saviola solo por la derecha. Su envío a media altura fue conectado por el delantero de Cruz Azul en una acrobática maniobra, para poner el 2-0, a los 31 minutos.
Uruguay, muy tibio. Recién llegó claramente a los 37 por primera vez, con un buen tiro libre de Javier Delgado, sobre el palo izquierdo de Abbondanzieri, que el Pato despejó con solvencia.
A uno del cierre de la primera etapa, la jugada de la tarde. Una contra que pasó por los dos frentes y que terminó con una cesión de Riquelme a Javier Zanetti, casi igual a la de Pelé a Carlos Alberto en la final de México 1970. El Pupi no falló y la clavó abajo, junto al palo derecho de Viera.
No fue suficiente. A los nueve del segundo tiempo, un pase quirúrgico de Riquelme lo dejó a Figueroa frente al arquero. Lucho no se abatató y eludió al arquero con una gambeta corta para lograr el segundo de la tarde.
La Selección no resignó el ataque y, por eso, dejó huecos en el fondo. Uno fue aprovechado por el volante Cristian Rodríguez, para achicar cifras, a los 17 del complemento. El descuento les dio fuerzas a los uruguayos que, a puro coraje, equilibraron el planteo y se metieron en campo argentino, aunque sin inquietar demasiado.
El equipo de José sintió el cachetazo y volvió a imponer condiciones. Saviola y la Fiera Rodríguez estuvieron cerca del quinto, pero Viera los frustró. Y en la contra, volvieron a golpear los uruguayos. Heinze lo bajó en el área a Chevanton y Wilson Sousa marcó el penal. El pato le atajó el penal al mismo delantero, pero el puntilloso árbitro brasileño ordenó repetirlo por adelantamiento. Si bien el arquero adivinó nuevamente, no pudo evitar el gol, a los 41.
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